Sueño.

-No lo escribi yo pero me siento demasiado identificada-

Sueño con que camino por el mundo y me siento libre. Con que me despierto una mañana y no tengo más para hacer que cosas que me motivan. Que salgo a conocer gente, lugares, cosas grandes, cosas chiquitas, cosas que me pueden gustar o no pero que en el probar y recorrer está el encanto.

Sueño con un viaje que quiero hacer desde hace un buen tiempo y que sin darme cuenta ya lo empecé. Es un caminar interno y externo, unir adentro y afuera, ver y sentir, sentir y vivir, encontrar, creer, despertar y SER.

Sueño con abrirme el mundo y abrirme al mundo. Conocer, ver y sentir cada lugar, aprender de cada persona y, al mismo tiempo, reconocerme, sentir con que me identifico, donde me veo a mi, donde vibro, donde fluyo, que me apasiona, que soy, que quiero ser, cual es mi lugar, mi mundo, la vida que quiero vivir, mi sentido, mi luz.

Sueño con una bella transición hacia un estilo de vida que todavía no conozco y que pretendo encontrar conociendo otras vidas con sus realidades y sus luchas de cada día. Quiero conocer el mundo con sus mundos y sus gentes y que en este descubrir pueda encontrar dentro mío lo que me haga plena, lo que me permita brillar, lo que explote mi potencial de vivir y sentir la vida, de formar una familia feliz, de crecer espiritualmente, de vivir en serenidad y con alegría, de estar más cerca del sol y la luna, de sentir la tierra húmeda a la mañana mientras cantan los pajaritos, de poder vivir en sincronía con la naturaleza que es la fuente más importante de energía y espiritualidad, de encontrarme en todo lo que hago y no tener que sentirme ajena o automatizada o apagada por seguir el sistema, por estar corriendo siempre, por no tener tiempo se ser más humana, más sensible, más perceptiva, más simple, más sabia, más feliz, más plenamente YO.

Sueño con no vivir a medias.